En España nos encontramos en una situación parecida.
Llevamos seis larguísimos meses de gobierno del PP en el que se pone en
evidencia, día tras día, cada una de las contradicciones y engaños en los que,
sin pudor alguno, incurren sus miembros amparados, una vez más, en la
legitimidad de unos votos recibidos de ciudadanos como nosotros, tiempo en el
que se manifiesta que cada una de las decisiones que ahora imponen a nuestra
sociedad son antagónicas a las defendidas hace meses cuando eran oposición.
Cada una de sus medidas tienden a restringir derechos que habían sido conquistados
a través de siglos de lucha y que, ahora, de un plumazo desaparecen ante
nuestra más que irritante indolencia. Ojo, no nos engañemos, recortes que ya
habían iniciado los mandatarios del otro partido que hasta ahora sigue formando
parte de la dicotomía en la que se basa nuestro sistema partidista y que no son
más que la otra cara de la misma moneda. Las clases trabajadoras están siendo
objeto de un absoluto saqueo, tanto económico como social, un arrebato de
algunos de los valores más íntimos de la personalidad como su dignidad. Subidas
de impuestos, copagos, recortes sanitarios y educativos, peajes en carreteras,
más impuestos, más recortes, más copagos. El otro día escuché a ese personaje
que parece salido de alguna de las más deprimentes películas de Pajares y
Esteso, el señor Rosell, el de la CEOE, fiel portavoz del Gobierno a lo que
parece, avisando de que habría que recortar en aquellas partes hasta ahora
innombrables e intocables. Y bien, se tocarán. Se utilizará para el cálculo de
la base de cotización el total de la vida laboral, con lo que la pensión no sé
si se cobrará en pesetas, en Euros o parte y parte. Eso significa un mayor
empobrecimiento de la clase media, ahora y, cada vez más, baja, bajísima. Por
supuesto, esto no afectará a las pensiones garantizadas de directivos
bancarios. Faltaría más, pobrecitos, con lo que trabajan. Ni van a decidir
bajar hasta el salario mínimo los sueldos de sus señorías. ¿O acaso lo que
queremos es mandatarios menesterosos? Y lo que me parece ya el colmo de la
desvergüenza: se recortará el tiempo al que tendremos derecho al desempleo de
dos a un año o año y medio, según la fuente de la filtración. Es decir, que a
aquel que lleve once meses buscando trabajo y no lo encuentre, de buenas a
primeras se encontrará con que en vez de un año, le quedará un mes de paro.
Pero claro, ya se sabe, partimos de la base de que no ha estado buscando
trabajo sino tocándose los cojones como buen vago español. Total, si estamos
desbordados de jugosas ofertas de empleo por doquier y nos podemos permitir el
lujo de seguir a la bartola indefinidamente.
La realidad es que dicen que hay gente que rechaza por deporte
ofertas válidas de empleo. Las habrá. Pero que los empresarios se están
aprovechando de la situación
-
ofreciendo salarios muy por debajo de lo que marcan
convenios, por lo que una persona que cobra más en el paro que siendo explotado
elegirá seguir apuntado como desempleado en el Inem, sí,
-
despidiendo personal para inmediatamente hacer que
trabajen en la misma empresa sin asegurar, cobrando al mismo tiempo el paro,
sí,
-
recortando derechos adquiridos, haciendo trabajar al
personal más horas de las que les corresponde sin contraprestación alguna, sí,
-
llevando a cabo Ere´s por los que, por una puerta salen
unos trabajadores y por la otra entran los nuevos que les sustituyen en las
mismas funciones pero que salen más baratos gracias a las nuevas condiciones de
la reforma laboral, sí. Etc.,
sin duda alguna.
Los círculos más concéntricos al Poder, señoras y señores
de bien, se echan las manos a la cabeza con las acciones violentas de los
mineros estos días. Y no se dan cuenta de lo que están creando. Si hasta ahora,
no se había producido un estallido social más violento en otros ámbitos
sociales quizás sea porque, de alguna manera, la gente que había perdido el
trabajo estaba cubierta por prestaciones y subsidios que, al menos les
permitían vivir, pero, ¿qué ocurrirá en un par de años cuando haya, no sé, dos
millones de parados más, (al menos, ya que uno va a salir del próximo recorte
de personal de administraciones y empresas públicas, según las medidas
propuestas por el “Ministro” Rosell) y además no haya forma de encontrar empleo
legal alguno, ni prestaciones que cubran esa contingencia? ¿Qué ocurrirá cuando
el número de los que pasen hambre de verdad se multiplique y tengan que buscar
de la manera que sea la forma de alimentarse a ellos y a sus hijos?
Quizás no pase nada y sigamos afectados de la misma
imbécil inactividad actual, dejándonos llevar hasta el suicidio pasivo mientras
vemos repetidas en la televisión las glorias deportivas de nuestros héroes
nacionales y continuemos eligiendo a los mismos líderes que ahora nos manejan
por miedo a que las cosas cambien a peor. Pero a peor, ¿para quién?
No hay comentarios:
Publicar un comentario