jueves, 1 de septiembre de 2011

Atentos a Equo

La crisis económica y el Movimiento 15 M han hecho que, de un tiempo a esta parte, mi interés por la política se reactivara. No de un modo activo, puesto que no he pertenecido nunca a ninguna formación. Sin embargo, estos hechos consiguieron reavivar en mi interior una afición que, quizás a causa de un excesivo aburguesamiento, se encontraba enquistado en algún lugar de mis vísceras.
Desde los primeros días posteriores al 15 de Mayo, entendí que, para llevar a buen término y de una manera eficaz las reclamaciones de esos miles de indignados acampados en las plazas de España, y que eran comunes a una generalidad de ciudadanos, sería necesario compaginar las acciones de calle con la actividad política organizada. Una organización que debía ser reconocible por los habitantes de nuestro país, puesto que, como creo que ha ocurrido, la abstracción conduce ineludiblemente a la disgregación. Prueba de ello es el escaso número de participantes que concurren a los últimos actos convocados por las organizaciones que forman ese heterogéneo caleidoscopio que es el 15 M.
Sin embargo, Democracia Real Ya, pilar básico de este Movimiento decidió declararse apartidista y tratar de llevar sus reivindicaciones por la vía de la protesta, llegando a acuerdos de manera consensuada a través de asambleas, basando sus cimientos en una Democracia asamblearia y horizontal.
Llegado a este punto, hay que reconocer que el trabajo llevado a cabo por estas organizaciones ha sido encomiable, creando una opinión pública y despertando una conciencia dormida que, ahora ha despertado, como ha ocurrido en mi caso y por lo que les doy encarecidamente las gracias y mi apoyo.
No obstante, mi opinión es que esto no es suficiente. Como decía anteriormente la mayoría de la gente de a pie, que tiene trabajo o no, que tiene familia, estudios, obligaciones y problemas reales del día a día, no pueden mantener una actitud de protesta activa continua y de manera indefinida. Creo que hay que delegar. Y a ello quiero llegar. Ante la legítima negativa del Movimiento 15 M de organizarse como partido, formación política o cualquier otro modo de asociación con fines electorales, los ciudadanos afines a sus reivindicaciones debemos decidir por qué opción decantarnos de cara a la cita electoral de Octubre. Se defiende en algunos foros la abstención, el voto nulo o el voto blanco. Opción cuya finalidad, más parece una utopía que algo que tenga un resultado palpable. Y es que, por muy indignados que estemos, en un país de 40 millones de habitantes, muchos habrá que voten y que lo hagan por alguna opción de las que concurran a las Generales. Por tanto, con esto se conseguirá únicamente dejar vía libre a PPSOE para seguir organizando el Poder a su antojo. ¿Qué les importará a sus Señorías que el Pueblo esté cabreado y empobrecido sentados en sus escaños de la Carrera de San Jerónimo?
Por mi parte, la opción es la de votar en conciencia. Y en mi caso estoy siguiendo los movimientos de una fundación aspirante a convertirse en partido político llamada Equo. Fundada con anterioridad al 15 de Mayo, sus principios básicos son la sostenibilidad ambiental y la equidad social. Es decir que son en parte un partido "Verde", pero que tratan de ir más allá de lo que es el Ecologismo puro. Tienen objetivos propios de esta ideología como el cierre de nucleares, fin del maltrato animal, etc., pero también se preocupan de la necesidad de cambiar los sistemas productivos o de la recuperación de los derechos laborales o la democratización de las empresas exigiéndoles sus responsabilidades sociales y ambientales. Es decir, se trata de una fundación denominada por algunos como ecosocialista. Se trata de un movimiento progresista, que tiene entre sus finalidades el cambio del sistema actual por uno más eficiente y justo. Y ello sin encontrarse atados a antiguas siglas que evocan rancias ideologías propias del XIX. De hecho y a pesar de las críticas que esto pueda acarrearles, han declinado el ofrecimiento de IU de hacer frente común en las próximas Generales. Lo que considero un acierto, puesto que lo que necesitamos son caras nuevas y nuevas formas de hacer las cosas.
Me agrada el hecho de que esté formada por gente comprometida con ONG´s y encabezada por Juan López de Uralde, activista del movimiento ecologista y ex dirigente de Greenpeace en España. Aquel que se coló sin invitación en la Cumbre de líderes mundiales de Copenhague en 2009 y que fue detenido y juzgado por ello. Me recuerda, salvando las distancias, a aquellos políticos que, por su oposición al régimen franquista sufrieron el exilio o la cárcel. Aquellos que defendían sus ideas a costa de su propia vida o libertad. Y por ello me inspira confianza.
Creo que habrá que estar atento a los movimientos y acciones de esta futura formación, porque, por sus intenciones de organización interna democrática y la defensa de muchos de los derechos y reivindicaciones que activaron las movilizaciones del 15 de Mayo, puede convertirse en ese punto de referencia en donde se aglutinen los apoyos de todos aquellos que buscamos, dentro del sistema democrático, un referente en el que depositar nuestras esperanzas de cara a un cambio en nuestra sociedad tan necesario como imprescindible.

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