domingo, 23 de octubre de 2011

Felicidades Euskadi. Felicidades España

 
Lo primero que sentí cuando me dieron la noticia de la decisión de ETA de no volver a atentar, fue una inmensa alegría, de esas que te suben de las tripas a la garganta y se termina instalando en los ojos en forma de húmedo e intenso sentimiento. En mi cabeza pasaban imágenes del Hipercor, de Vallecas, de Irene Villa, de una tarde soleada de domingo pendientes del transistor y la rabia apenas contenida por el asesinato de Miguel Ángel. Toda una vida de capuchas y serpientes, de pistolas y de vidas arrancadas a jirones de los brazos de gente que las amaba. Ni una sola de esas muertes ha servido para nada. Pero, a pesar de la tragedia sufrida, hoy, mañana, esperemos que siempre, se nos abre un futuro sin sangre, de palabras sin balas. Se nos abre un tiempo de diálogo duro, de negociaciones en las que los vencidos deberán asumir su condición y las víctimas tendrán la obligación de ser generosas. Porque la política, la democracia y el Estado de Derecho son las únicas vías para tratar los conflictos. A los demócratas nos tocará volver a tragar sapos y culebras, igual que en la transición admitimos que los que habían mantenido vivo el franquismo se integraran en una sociedad que ellos mismos habían oprimido. Habrá tiempo para ello. Pero ahora, felicidades ciudadanos de Euskadi por poder ejercer vuestro derecho a salir a la calle sin miedo a perder la vida. Felicidades ciudadanos de Euskadi porque, a partir de ahora, podréis decidir vuestro futuro sin la rémora sangrienta de la irracionalidad terrorista. Felicidades España porque a partir de ahora, quizás empecemos a descubrir una tierra y una gente valiente y sufridora que había sido obligada a vivir de cara a la pared, con los ojos vendados y el temor a perder la vida por la ira fascista de quien obliga al pensamiento único.

No hay comentarios:

Publicar un comentario