viernes, 30 de marzo de 2012

Y ahora, qué

Y después de la huelga general, qué. Se ha parado una buena parte de la actividad económica del país. Se ha hecho cerrar, se ha destrozado algún escaparate, se ha quemado algún contenedor, se han enfrentado ciudadanos con ciudadanos exasperados por defender sus derechos, de unos y de los otros, conscientes o inconscientes, se ha evidenciado la división social, caminando detrás de diferentes banderas, de distintas siglas, de intereses ¿divergentes? Se ha palpado el miedo, la frustración, la cada vez más profunda brecha entre los que tienen y los que no, entre los de arriba y abajo, derecha e izquierda, tú y yo.
Hoy siguen mandando los de ayer, imponiendo normas cruelmente restrictivas, arrebatándonos derechos que no han sido regalados, que han sido fruto de años, siglos de lucha y sin sabores, de sangre y fuego, de idas y venidas. Y siguen mandando porque la legitimidad se la otorga el hecho de que la gran mayoría de ciudadanos de este Estado decidió el 20 N pasado votar a una formación política que, mediante una incesante campaña del marketing más duro, a través del cuasi monopolio de los medios de comunicación, de los centros de poder económicos y de producción, consiguió hacer creer a un gran número de ciudadanos que ellos eran como nosotros, que compartían nuestros problemas, que ellos eran los divinos enviados mesiánicos ungidos para la liberación de la nación. ¿Y qué le vas a hacer si te lo está diciendo la tele todo el día, no? La culpa, de Zapatero.
Hoy continúan favoreciendo, ya no sólo a los ricos, sino a los corruptos, a los narcos, a los delincuentes, a sus amigos, a todo aquel que se haya reído de nosotros hurtándonos nuestro dinero, ese que no declaró cuando y cuanto debía, ese que a ti, asalariado, te descuentan de tú nómina hoy en mayor cuantía que hace unos meses por el bien de la patria. De su patria.
Qué curiosa coincidencia que al Señor de la Gürtel, precisamente hoy, le rebajen la fianza. Cosas veredes, amigo Sancho.
Mientras, en su feudo Esperanza, sueña con un mundo sin sindicatos, sin perro flautas, sin hospitales ni escuelas públicas. Con limpiar el mal olor y poder convertir en Las Vegas la Plaza Mayor.
Así mismo, Gallardón, adalid de la Justicia, tanto etérea como terrenal, ha creado la oficina estatal de certificación de la hembra ibérica, santa, católica y apostólica, buena madre y esposa ejemplar, dando carpetazo, borrón y cuenta nueva a toda una historia secular de desigualdad, de injusticia para con la mujer. ¿Será una nueva táctica para acabar con el paro? Metiendo a la mujer en casa, tendremos más puestos de trabajo y menos desempleo…, vaya usted a saber si no seré yo mal pensado. Y de paso hacemos como dice el Rosell (el de la CEOE, que está de crecido que un día revienta. Creo que sueña con ser Ministro), cambiamos la forma de contabilizar a los parados y bajamos la tasa de desempleo. Amigos, no es que sea pitoniso, pero….al tiempo.
A aquellos que hablan de que hay que ir despacio porque vamos lejos, decirles que igual muchos nos quedaremos por el camino de tanto andar, de pasar hambre, de tener sed y frío. Que a veces, los atajos están para tomarlos. Que en ocasiones las soluciones para alcanzar algún fin, están en usar medios convencionales.
Así que, ahora qué. La huelga ha sido un principio o un final. A través de este tipo de acciones en la calle exclusivamente, ¿se conseguirá cambiar algo en la práctica?. ¿El ciudadano medio está en posición de mantener una lucha constante, activa o habrá que buscar alguna solución que acorte el camino? Veremos.

1 comentario:

  1. Estupendo artículo, breve pero clarificador y certero. A mi entender das de pleno con el gran obstaculo que ahora se le presenta a la reivindicación social. Union y constancia es lo que necesitamos en esta guerra perderemos batallas y otras las ganaremos pero todo estara justificado si alcanzamos la victoria final. Un Saludo Kompañeiro.-

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